¿Nos hemos vuelto inútiles con tanto móvil?

Desde que los móviles han llegado a nuestra vida, lo hicieron de forma masiva a finales de los 90, hay que reconocer que nos han cambiado la vida. ¿Es verdad que nos ha hecho inútiles o simplemente el móvil ha cambiado nuestras habilidades? Hablamos sobre cómo han cambiado nuestros hábitos y qué cosas hemos de hacer gracias a ellos. Tan solo imaginarlo es algo que nos da vértigo.

El móvil: educador de habilidades

Hasta hace poco más de 20 años, iniciar un viaje en carretera por lugares desconocidos pasaba siempre por la labor del copiloto con el mapa de carreteras o haber estudiado previamente la ruta, marcando los puntos dudosos. Ahora es, gracias al móvil, como podemos salarial paso.

Idéntica cosa ocurría con escuchar música, ya que debíamos cargar con un walkman o discman y rezar porque las pilas aguantasen. Ahora, y gracias a apps como Spotify a Apple Music tenemos 70 millones de canciones a nuestra disposición de manera inmediata. Da vértigo.

Y es que hay apps que te dicen qué es o no saludable comer con solo apuntar con la cámara, a otras que nos indican qué gasolinera es «la menos cara». Tenemos una cámara de video que graba en 4k en el bolsillo, un buscador de internet con velocidad 5G y que era impensable hace unos años. Todo, con el móvil hacemos de todo.

Quizás convenga decir que el móvil no nos ha hecho más inútiles, sino más cómodos y ha variado nuestras habilidades. A un estudiante de secundaria, o a nosotros mismos, le resulta más cómodo invocar a Siri o a Google para que te diga el sinónimo de cualquier término. Hemos dejado sin ningún tipo de resistencia que el teléfono móvil lo hago todo por nosotros. Y si alguien piensa lo contrario, probablemente no esté diciendo la verdad.

Por tanto, no debemos ser ajenos a todos los beneficios que el teléfono nos ha traído, si bien debemos poner ciertos límites y disfrutar del placer de apagarlo. La revolución que ha supuesto que el uso de los teléfonos móviles no nos ha de ser ajena, pero nunca está de más echar la vista atrás y ver cómo hemos evolucionado y cuánto costaba antes y lo sencillo que resulta que ahora.

Debemos dar el papel al móvil que le pertenece, pero que nunca domine nuestras vidas totalmente y seamos totalmente dependientes de su uso. Entonces es cuando podemos decir que el teléfono no se ha vuelto un completo inútil. ¿Has probado a pasar unos días sin tu smartphone? La sensación es maravillosa.